martes, 2 de julio de 2013

La magia de la luz


Vidriera de La Cacería, Catedral de León

 La presencia de la luz es una de las características del estilo arquitectónico conocido como gótico. La introducción de un rosetón y de vitrales en la Abadía de Saint- Denis es una de las primeras referencias que tenemos de la formación del nuevo estilo. La luz no era considerada meramente para iluminar el interior, sino que los vitrales formaban parte del muro y la luz se relacionaba con la divinidad. Es decir, la luz ayudaba a la relación del hombre con la divinidad, llevar lo material a lo inmaterial, lo que se conoce como vía anagógica. La catedral pretendía ser una representación en la tierra de la Jerusalén Celeste, y el ambiente que creaba la filtrada luz de los coloridos vitrales ayudaba a ello. Además, se aprovechó los vitrales para la introducción de diferente iconografía en ellos. 
Aunque ya existían, pues en épocas anteriores también se introducían vidrios, la figura de maestro vidriero resurgió con más fuerza en estos siglos, llegando a contratarse a vidrieros de fama extranjeros para algunas construcciones, como por ejemplo, para los vitrales de la catedral de León.