martes, 22 de octubre de 2013

Y al tiempo de lluvia...paraguas.

El otoño nos recuerda que es tiempo de que los árboles cambien el color de sus hojas, es tiempo de recolección de castañas, de salir al campo a buscar setas y ... de lluvia. Es el momento de sacar el impermeable y el paraguas, que se convertirá en inseparable compañero los próximos meses. Aunque ahora nos parezca de lo más normal, muchos fueron los que se negaban a utilizarlo al hacerse público el invento, pues les parecía que nada debía interponerse entre nosotros y la lluvia enviada por dios. 

A Charles Mancitosh le debemos este avance. Tras varios experimentos con el caucho, abrió la primera fábrica de textiles resistentes al agua allá por 1823. 

Tras la primera aparición del paraguas empezaron a llegar las supersticiones. Por ejemplo, abrir el paraguas dentro de casa atrae la mala suerte. Esta superstición ya venía desde los primeros parasoles. Si los colocamos sobre una  mesa, auguran discusiones, y si los hacemos girar, espantamos a la buena suerte. 

Así que ya saben, si son supersticiosos, estas son tres cosas que no deberían hacer.

Un saludo.