jueves, 8 de mayo de 2014

La leyenda del Cristo Negro



Si decide resguardarse del calor y visitar a la vez la pequeña pero encantadora catedral de Cáceres, podrá observar un incesante goteo de gente que se acerca silenciosa hasta una pequeña y oscura capilla situada a la derecha del altar. Puede que se encuentre lejos y no alcance a ver más que una mesa de velas eléctricas y oscuridad, pero si se acerca, podrá vislumbrar entre la sombras la imagen de un crucificado. Al principio podrá pensar que es una imagen más de muchas que se pueden encontrar en cualquier iglesia o catedral, pero esta tiene un halo de misterio debido a sus leyendas. Y es que esta magnífica talla ha inspirado tanto devoción como respeto a lo largo de la historia.



Fue a partir de 1986 cuando, gracias  a los estudios de la Cofradía del Cristo Negro empezaron a salir a la luz historias, algunas conocidas y otras no, sobre el Cristo que veneran. Así sabemos que la talla se pudo realizar en el siglo XIV, aunque algunos creen que puede ser anterior. La cofradía tiene su origen en 1490 y aunque durante años se perdió la tradición, en 1986 se recupera intentando recrear el ambiente que se viviría durante la Edad Media. Es obligado el voto de silencio durante la procesión, ritual que se lleva a cabo a puerta cerrada antes de salir. Durante sus años de vida se ha documentado que el cristo presidió algunos juicios por expresa petición del ajusticiado, librándose milagrosamente de la sentencia a cumplir. También presidió actos y ajusticiamientos del Santo Oficio.



Durante el siglo XVII fue sacada hasta cinco veces en procesión por epidemias y sequías. La gente a su paso no se atrevía a mirar la figura, pues se decía que si un pecador miraba su rostro fijamente, sería castigado. Si alguien osaba burlarse de la imagen o si la tocaba sin respeto, sería presa también de ese castigo divino. Por eso muchos no se atrevían a tocar la talla con la mano desnuda. Era tanto el pánico a un castigo de la imagen que las familias encargadas de su limpieza y mantenimiento pagaban a familias de origen humilde e incluso a mendigos para que desempeñaran tal tarea.



A todas estas creencias e historias se le suma que el crucificado no haya sufrido daño alguno en ninguno de los conflictos que sufrió la ciudad… y aunque no son muchas, hay voces que relacionan tan enigmática escultura con el Temple.



Le diré que dentro de la capilla encontrará un interruptor que ilumina durante unos segundos la imagen. Ahora que sabe su historia, suya es la decisión de accionar el botón y mirar cara a cara al misterio. Sea creyente o no, no estaría mal pedirle permiso antes, por si acaso…

Para saber más:



*Historia y Curiosidades Santa Hermandad del 
 Cristo Negro, Alonso José Román Corrales  
 Gaitán.

Un saludo.

sábado, 22 de marzo de 2014

Crónica: Presentación del nuevo libro de J.J. Benítez


El autor durante la presentación

Mientras entraba la primavera, esperábamos impacientes a que se abrieran las puertas que nos harían partícipes de la presentación del nuevo libro de J.J. Benítez, “Estoy Bien”. 
El nerviosismo era visible, calmado a veces con buenas conversaciones sobre diversos temas, pero era inevitable pensar en cómo sería el esperado encuentro.

A las 18:30 se abrieron las puertas. Faltaba media hora y muchos esperaban que llegaran los libros (agotados prácticamente en todas las librerías). Y llegó las 19:00, y ante nosotros con sencillez y una timidez que se creía imposible en un hombre con semejante trayectoria, apareció el para muchos Maestro Benítez.

Tras la presentación y ronda de preguntas, se formó una larga cola, y con una paciencia infinita fue atendiendo uno a uno durante horas. No me avergüenza decirlo, me temblaban las piernas esperando mi turno mientras entre mis manos agarraba con fuerza un ejemplar (creo que ya inencontrable) de “100.000 km tras los OVNIS”. Ni que decir que la presentación coincidía con el día internacional de la felicidad, y sin duda, así fue el día, feliz. Feliz de encontrarme con gente que pregunta, que practica la duda, que sabe disfrutar de una buena conversación. Feliz de encontrarme con escritores e investigadores de los misterios que nos rodean que acudían también con ilusión a la cita. Y feliz de haber cumplido por fin algo que llevaba mucho tiempo en mi lista de cosas pendientes. 


Un saludo. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Una misteriosa desaparición: El caso de Augustin Leprince




El próximo año se cumplirán 125 años de una de las desapariciones más misteriosas de la historia, la del artista e inventor Augustin Leprince. Una desaparición que truncó no solo la vida de una familia que buscó durante años respuestas a este enigma, sino la del propio inventor que se quedó a las puertas de presentar su  invento, al que había dedicado gran parte de su vida y que nos traería la magia de grabar y reproducir imágenes en movimiento, la magia del cine, su gran sueño.



El inventor con 20 años
Un 16 de septiembre de 1890, tras pasar unos días en Dijon, en casa de su hermano para despedirse y solucionar un problema de herencia, tomó el tren rumbo a París dónde le esperaban unos amigos, la familia Wilson. Al principio se creyó que había perdido el tren, de ahí que se demorara, pero Leprince nunca llegó a París. No había rastro de él ni de su equipaje. La policía concluyó que lo más probable es que se hubiera suicidado o que se hubiera marchado voluntariamente, pero Elizabeth, su mujer, conocía muy bien a su marido, y se negó a creer las conclusiones de la policía. Su teoría era otra. Su marido fue asesinado. Esta es una teoría que varios investigadores de este curioso caso sostienen. En los inicios del cine había muchas rivalidades. Había cierto nerviosismo y prisa por ser el primero en presentar el invento perfecto. El propio inventor se cuido mucho de en quien debía confiar, llevando el máximo secretismo posible en sus avances. En el momento en el que Leprince desaparece estaba preparando su viaje a Estados Unidos donde presentaría su invento al mundo, por lo que algún rival, enterado de ello, podría haber decidido poner punto y final a la vida del inventor. Otros motivos que pudieron conducirle a tan triste final son las deudas que tenía. Quizás harto de esperar, algún prestamista decidió acabar con él. También estas deudas podrían ser motivo de suicidio, teoría que su hermano Albert defendió. A muchos investigadores les llama la atención  que el único testigo que vio a Leprince subir al tren fuese su hermano y que él fuera defensor de esta hipótesis. ¿Pudo Albert haber acabado con la vida de Leprince? El móvil: otra vez el dinero.

¿Por qué descartar el suicidio o la huida voluntaria? Leprince estaba a punto de presentar su gran invento, un invento que sería pionero y que le proporcionaría un reconocimiento y una riqueza con la que saldar todas sus deudas ¿por qué desaparecer en ese momento?



En 2003 salió a la luz una fotografía de 1890 obtenida del archivo policial de París de un hombre ahogado, cuyas facciones se asemejan a las de Leprince, pero a día de hoy no se ha podido confirmar que ese hombre fuese el inventor.


Foto de Leprince con la edad aproximada a su desaparición




Aunque el invento de Augustin Leprince ha sido eclipsado por otros, en la ciudad inglesa de Leeds se le reconoce como el padre del cine. Allí realizó las grabaciones que se conservan, y en el puente de Leeds (que aparece en una de esas grabaciones) se puede ver una placa en su recuerdo.


Aquí pueden ver las grabaciones que se conservan: