A Charles Mancitosh le debemos este avance. Tras varios experimentos con el caucho, abrió la primera fábrica de textiles resistentes al agua allá por 1823.
Tras la primera aparición del paraguas empezaron a llegar las supersticiones. Por ejemplo, abrir el paraguas dentro de casa atrae la mala suerte. Esta superstición ya venía desde los primeros parasoles. Si los colocamos sobre una mesa, auguran discusiones, y si los hacemos girar, espantamos a la buena suerte.
Así que ya saben, si son supersticiosos, estas son tres cosas que no deberían hacer.
Un saludo.
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